miércoles, 3 de febrero de 2010

Algo está cambiando en Andalucía

Esta maravillosa tierra de Andalucía está viviendo unos momentos políticos dignos de ser estudiados. Parece que algo cambia. Y eso es bastante raro por aquí. Podría hacerse una tesis doctoral sobre las características sociológicas que llevan a los andaluces a recelar de los cambios. Pero no es el caso de este artículo. Los hechos hablan por sí solos y no hace falta demostrarlos.

Durante 30 años -en realidad, ocho legislaturas- el PSOE ha gobernado en Andalucía con mayoría absoluta (excepto los dos años de la pinza PP-IU).

¿Es posible que el PSOE vaya a perder la mayoría absoluta con la que gobierna en Andalucía desde hace 30 años? Parece que podría ser. Así lo afirma al menos la última encuesta del Instituto de Estudios Sociales Avanzados. Afirma que, de celebrarse hoy elecciones en esta Comunidad Autónoma, el PP obtendría el 43,2% de los votos y el PSOE el 41,6%.

Faltan aún otros datos que completen la encuesta y ayuden a enteder este posible cambio de escenario político andaluz. Pero a grandes rasgos, podrían entenderse los datos de tan polémica encuesta como la demostración de un cambio de actitud que quizás se esté gestando en Andalucía

Primero fue el nombramiento de Chaves como vicepresidente y ministro de Zapatero en abril de 2009. Su salida del Gobierno andaluz se produjo al ser llamado a filas por Zapatero para sortear la Crisis, en su primera crisis de gobierno de su 2ª legislatura. Este cambio estuvo provocado, según el PP, porque iba a perder las elecciones. Se ponía fin así a 19 años de Gobierno en los que se hicieron, sobre todo al final, innumerables intentos de encontrar un "digno delfín".

Precisamente, esta lucha fratricida por heredar la Junta de Chaves, es vista por algunos socialistas como la culpable del llamado 'caso Matsa', el de la subvención de 10 millones que la Junta concedió a una empresa de la que era apoderada su propia hija. Este caso, que salió a la luz cuando Chaves no llevaba en Madrid ni dos meses,  se entendió en el PP de Andalucía como la gran oportunidad para herir de muerte a un Chaves que ya formaba parte del gobierno de ZP -lo que significa dañar al propio Gobierno de la Nación-. Sus repercusiones mediáticas a nivel nacional han supuesto un balón de oxígeno para las filas populares, que veían ahogadas durante mucho tiempo sus iniciativas en lo que ellos llaman "silencio mediático andaluz".  

Estos hechos han sido el caldo de cultivo para animar a unos militantes que hasta ahora parecían escondidos, atemorizados a manifestarse ante el 'régimen socialista' que gobierna su tierra desde hace 30 años. Así, se pudo vivir poco después la primera demostración de fuerza del PP andaluz en Dos Hermanas, llegando a movilizar a cerca de 30.000 personas en el que había sido hasta ese momento el gran bastión de los socialistas andaluces en uno de sus escenarios históricos.

La encuesta de la Junta del 2009 -conocida en el 2010- se recibe de esta manera con verdadero estupor en filas socialistas y con verdadera euforia contenida en las populares. Si bien es cierto que las encuestas se maquillan, hay datos en ésta muy elocuentes, como por ejemplo que un 61,7% de los encuestados se muestran a favor de un cambio de gobierno en Andalucía.

Pero a este movimiento mediático y sociológico le faltan aún más ingredientes. Por ejemplo, en lo económico, la Crisis está siendo más dañina con esta tierra que en el resto (la tasa del paro en Andalucía se han situado, en el mes de febrero de 2010, en el 27,6%). La carencia de grandes resortes económicos en la región se disparan en los momentos de crisis, agudizando y siendo aún más feroz la destrucción de empleo y la desaparición de empresas en esta tierra.

Y luego está la grave crisis política. Nos referimos no sólo al profundo descrédito de la clase dirigente de nuestro país, que es vista por los ciudadanos como unos vividores del cuento que, el que más o el que menos, trata de llevárselo calentito a casa; que disfrutan de unos grandes sueldos (y otros muchos beneficios) a costa del contribuyente y que difícilmente consigue transformar su trabajo en servicio de la sociedad. Además hay que hablar de las graves crisis y fracturas internas que viven los dos grandes partidos de este país. Como la que se vive en estos momentos en el seno del PSOE andaluz, que ha dirigido de manera irremediable a convocar un congreso en el próximo mes de marzo para acabar con la bicefalia (Griñán-Pizarro-Chaves) que se vivía hasta ahora.

Es posible que todo estos ingredientes, cocidos a fuego lento -como se cocina el buen puchero andaluz-, sean capaz de cambiar algo en esta aparente inmóvil Andalucía. La gran pregunta es, ¿será para mejor?.