jueves, 16 de diciembre de 2010

¿Controlamos a los controladores en clave electoral?

La crisis de los controladores aéreos, que dejó a media España sin viajar en el puente de la Inmaculada, ha supuesto un punto de inflexión en la vida política de nuestro país.

Es posible que este cambio empezara a fraguarse en la crisis de Gobierno del pasado 20 de octubre. Los relevos en las carteras produjeron desde el primer momento la impresión de ser un golpe de timón, un lavado de cara y de imagen importante de un gobierno desgastado por la crisis ante la opinión pública (además de algún pago concreto de favores prestados a ZP -léase Trinidad Jiménez y su fallida aventura- en las primarias de Madrid). La oficialmente llamada "Remodelación del Gobierno" (en un intento más del PSOE de evitar la palabra "crisis" y mucho más junto a la de "Gobierno") fue vista por la oposición como un refuerzo del que salía un Gobierno "mejor", en palabras de Cospedal y Arenas.

Lo cierto es que la gestión de la crisis de los controladores por parte del Gobierno, con el tan polémico establecimiento del estado de alarma y la militarización de los mismos, sí que fue un golpe de timón, y un puñetazo en la mesa con todas las letras. Logró el gran efecto deseado sobre los ciudadanos: dar imagen de control de la situación (aunque el precio a pagar fuera la legitimización del uso de los militares ante un determinado conflicto laboral -¿nuestro Ejército en un conflicto? ...¿ya no sólo hacen labores humanitarias?- .

Y pilló a la oposición de nuevo con el pie cambiado, que no supo reaccionar a tiempo y se vio obligada a apoyar a ZP en el Congreso a pesar de que Rajoy llamara "inútil" a Blanco. Tanto es así, que en cuanto ha tenido ocasión, el PP se ha dado prisa en desmarcarse de una acción muy cuestionada y que tanto lastre suponía para las alas de la gaviota pepera.

Y entre tanto ¿qué se ha visto en el PSOE?: a un Rubalcaba tremendamente reforzado, asumiendo la responsabilidad y personalizando la imagen de la solución a la crisis (sustentado, eso sí, en el apoyo que nuestra sociedad otorga desde siempre al Ministro de Interior). Y de repente, como por arte de birlibirloque, se da por hecho en el PSOE que ZP no se presentará a las próximas elecciones. ¿Será Rubalcaba el que tome las riendas? ¿Habrá una candidata catalana, rubia y madre dispuesta a ser marcada como la delfín? ¿Aceptaría el partido de nuevo por ejemplo a una Chacón como presidenciable, con el único aval de su gran imagen? ¿Preferirá la solvencia de una amplia experiencia de Gobierno y en marcar los finales desde la oposición -"Merecemos un Gobierno que no nos mienta..."-. Se aceptan apuestas.