viernes, 28 de diciembre de 2012

Políticos jugando... políticos en juego

Se nos abren las carnes. Nos enteramos por elpais.com de que nuestros políticos son pillados jugando en sus IPads (pagados con dinero público) y nos echamos las manos a la cabeza. Pero no toda la culpa es de ellos.

Claramente, esto ocurre porque aún no se ha legislado en la Cámara madrileña prohibiendo que se fotografíe a los diputados dentro, tal y como ocurriera en el Congreso de los Diputados después de que se pillaran varios apuntes y mensajes SMS de teléfonos móviles de sus señorías. Está claro cómo funciona ésto: ¿ven que lo hacemos mal y nos critican?: no dejemos que nos vean (...andamos bien).

Y lo grave de todo esto no es que unos políticos jueguen al Apalabrados en plena asamblea madrileña mientras se debate el tan espinoso asunto de la privatización de la Sanidad. Lo peor es lo que eso significa: el debate parlamentario es vacío, absurdo, carente de sentido y aburre hasta las piedras. Y los diputados, en vez de hacer algo productivo, se encuentran obligados a estar allí esperando la hora de la votación, para no ser multados por su propio grupo por no acudir a apoyar a su partido -el que le colocó en la lista en puesto de salida y permite que cobre esos buenos emolumentos-, cuando éste le exige su voto ante cualquier trámite legislativo de la Cámara.

Además de anticuado, decimonónico y alejado de la realidad, el actual sistema político permite que quienes nos representen en las Cámaras legislativas sean previamente seleccionados y "colocados" por los partidos políticos en una lista electoral cerrada. Tener cargo público electo equivale a tener un buen sueldo garantizado durante al menos 4 años, y si con suerte se repite (lo hace la mayoría: se saben demasiadas cosas como para dejar salir al personal sin más) garantiza todo tipo de prebendas casi de por vida.

Y así, claro, quienes mayoritariamente acceden a estos cargos en muchas ocasiones son jóvenes cachorros criados dentro de las urdes del propio partido que no conocen otro oficio ni beneficio que el de dar pábulo a sus dirigentes -el hacer la pelota de toda la vida- para lograr así ser colocado en cualquier puesto goloso de la administración pública. Y por desgracia, dada la ya treintañera vida democrática de nuestro país, esto es cada vez más frecuente: son muchos los políticos que dedicaron íntegramente su vida profesional a estar al servicio de su partido, sin otra experiencia laboral que la política -así, algunos de ellos han llegado incluso a ser ministros de este país, como la actual titular de Empleo, Fátima Báñez-, y sin otra "obligación" que el dar la razón y apoyar en todo cuanto pida al dirigente de turno del partido en el que milita (ni tan siquiera los partidos muy minoritarios se libran de esta acusación en algún momento).

Un peligroso silogismo que invade lo público


El hecho de que lo público sea considerado como "de todos" hace pensar a muchos que a ellos también les corresponde su parte de ese todo que se reparte entre muchos porque está pagado por todos, incluso por ellos mismos. Si por ejemplo esta actitud de jugar a Apalabrados (o cualquier otra cosa) en vez de estar dedicado a buscar soluciones a los múltiples problemas de los ciudadanos a los que representa se diera en una empresa privada, poco tiempo les quedaría en nómina con toda probabilidad. Seguramente, no lo habrían siquiera intentado por temor a las represalias. Pero en la pública todo es diferente. Es un sentimiento que invade a casi cualquier funcionario con un simple silogismo: esto es de todos, yo también soy todos, esto también es mío. Y así, cada uno coge su parte, aunque sea el tiempo que se dedica a jugar con el IPad o el móvil en tiempo de trabajo.

Pero como decía, la culpa no es sólo de los pobres diputados que fueron pillados infraganti jugando o buscando ropa íntima (como ocurrió en las Cortes de Valencia). La culpa es del partido que le coloca allí sin pedirle apenas otra cosa que obedezca ciegamente a lo que se le pide, acudiendo religiosamente a las votaciones parlamentarias. Es del organigrama del partido que ahoga cualquier atisbo de iniciativa política que el original, verso suelto o indomado político pueda tener. Es del sistema político que nunca le exigió experiencia ni conocimiento ninguno para ser elegido concejal, diputado, ministro o presidente del Gobierno. Es de la Ley Electoral que permite que las listas sean elaboradas exclusivamente por los partidos políticos y que consiente que los cargos electos puedan seguir siéndolo de manera ininterrumpida sin límites de mandatos. Es de la estructura democrática que contempla que los partidos y los sindicatos serán financiados por el Estado, siendo así los partidos políticos otra empresa pública más. Es del país que inventó un sistema tan malo y que, pasados 36 años y viendo los frutos que ha dado, aún es incapaz de cambiar de manera pacífica y consensuada aquellos puntos que debieron ser mejor perfilados a su tiempo.

Pero sobre todo, es de los políticos que son quienes tienen en su mano el poder cambiar todo esto y que, a pesar de que es lo que la ciudadanía les pide en la calle a gritos (el 15-M fue sólo el principio), no son capaces de realizar esa dura operación de limpieza con bisturí que les supondrá, en muchos casos, jugarse su propio puesto. Son nuestros políticos los que, al jugar, nos demuestran que en verdad son ellos los que están en juego en nuestro país.

@elenabarrios

jueves, 20 de diciembre de 2012

Rajoy, promesas y reformas


A punto de cumplirse un año de la llegada de Rajoy al Gobierno, la mayoría de los balances se centran en sus promesas incumplidas y en el gran número de reformas emprendidas o al menos anunciadas.

Quizá el asunto de las promesas es de los que más reprocha la opinión pública al actual presidente del Gobierno. Durante la campaña electoral, Rajoy fue acusado de moverse con imprecisión y poca claridad: ¿Dónde está el programa oculto del PP?, se preguntaban muchos tratando de despertar recelo hacia su candidatura.

Aseguraba Rajoy que no sabía en qué estado encontraría las arcas ni de qué manera hallaría los distintos ministerios y que, por tanto, no sabía con exactitud qué haría y qué no. Y aún así, en los pocos asuntos en los que fue claro, ha tenido que hacer lo contrario de lo que anunció. El diario Público, por ejemplo, editó este pequeño catálogo de afirmaciones del PP en campaña negando una posible subida de impuestos o la implantación de copagos en asuntos sanitarios. Pero sobre todos estos asuntos Rajoy se mostró siempre bastante cauto: "no es mi intención subir los impuestos", dejando entrever que se se veía obligado a hacerlo por las circunstancias, lo haría.


Sin embargo la protección de las pensiones y la promesa de no tocarlas, ha sido una de las peores promesas incumplidas de Rajoy. Es quizá la que más ha podido costar tomar al presidente. En este asunto sí dejó la prudencia a un lado y aseguró, en diferentes ocasiones que las pensiones eran intocables.

Pero lo cierto es que si en algo fue claro Rajoy es en que pondría en marcha numerosas reformas estructurales. Tantas, que los Consejos de Ministros han creado una expectación informativa inédita hasta ahora todos los viernes. Tantas, que éstas llegan a "agotar" hasta la mismísima vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, que siente "cansancio retroactivo" tras un intenso "esfuerzo reformista" en este año.

No debemos olvidar la inestabilidad social que se vive ahora en nuestro país como consecuencia de la grave inestabilidad económica. Ni que las reformas contribuyen a aumentar esta inestabilidad (la marea blanca es un ejemplo de tantos). Ni que además existe otra grave inestabilidad social que culpa a la mala praxis de los políticos, causantes de la grave situación económica y social. Y que en medio de este clima -caldo de cultivo de cualquier cosa- una inestabilidad política es lo que peor vendría a España en estos momentos. Y, sin embargo, es lo que más falta le hace.

lunes, 22 de octubre de 2012

21-O: Rajoy salvado, Rubalcaba desaparecido y hundido mientras la izquierda da la campanada

La tercera contienda electoral que vive este país en menos de un año se ha saldado con el balance que resumo en el título y que paso a explicar a continuación. Pero empezaré por el final.

La izquierda, tanto en Galicia como en su versión nacionalista en el País Vasco, son sin duda las grandes triunfadoras de la noche electoral del 21-O. El surgimiento de la nada de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) con su exultante candidato Xosé Manuel Beiras al frente ha dejado a Mario Conde con la cara de un chiquillo que mira la bolsa repleta de caramelos de otro: ya hubiera querido para sí una entrada en el Parlamento como ésta. Beiras ha sabido recoger el descontento que la oposición no ha podido canalizar. Y su vertiginoso ascenso causa envidia en el resto de las formaciones de izquierda del país: destacados dirigentes piden la unión de la izquierda anticapitalista.

Que el PP pierda en Galicia 135.000 votos es algo que les debe hacer pensar a los populares gallegos. Pero si desean evitar la autocrítica (qué ingenuidad pensar que la buscan, ¿verdad?), con sólo mirarse en el espejo del PSOE el consuelo les vendrá solo: en 4 años los socialistas ha sido capaz de hacer huir a 230.000 gallegos hacia otras opciones políticas.

En el País Vasco ha sido Bildu quien ha dado la sorpresa. Es sin duda la gran vencedora de la noche electoral al lograr el 25% de los votos emitidos. Todas las fuerzas políticas vascas han sido castigadas en mayor o menor medida por su electorado. Menos Bildu, que se presentaba por primera vez y por vez primera también sin la sombra de ETA acechando, justo al cumplirse un año de la última tregua anunciada por la banda terrorista y definida por ellos mismos como "definitiva".

El actual lehendakari en funciones, Patxi López, arrastra sobre sí la gran debacle socialista a nivel nacional. Todas las miradas están puestas en Rubalcaba, pero después de su gran ausencia en la noche electoral, en la que los silencios en Twitter son demasiado abrumadores, casi se puede decir que "ni está ni se le espera". Internet bullía anoche de críticas hacia el dirigente socialista que encara los peores tiempos del PSOE. Desde voces que advierten que "el suelo electoral está en el 0%", los sutiles señalamientos de nuevos dirigentes políticos como cabezas del PSOE en pleno recuento electoral, hasta las peticiones de la cabeza de Rubalcaba por parte de destacados socialistas sin ningún tipo de miramiento ni rubor.

Quizá porque le falta la decisión de dirigir el partido que le sostuvo la noche electoral del 20-N -cuando anunció que no abandonaba el barco pese a los malos resultados electorales- Rubalcaba es sin duda el gran fracasado del encuentro electoral vasco y gallego. Los titubeos en sus decisiones le han dejado sin argumentos de oposición. Del apoyo en las grandes decisiones de Estado, a la denuncia de los recortes que su propio gobierno iniciara hace poco más de un año, y hasta la decisión de no apoyar un rescate económico a pesar de saber que lo habría tenido que realizar de estar en el poder, han hecho del Partido Socialista una figura desdibujada, un partido incoherente y sin apoyos en la calle, con una sociedad que prefiere no votarle antes que taparse la nariz; que se echa a la calle y se avergüenza de unos dirigentes demasiado esclavos de su miopía orgánica o completamente atrapados por la cúpula jerárquica de la oligarquía de partido.

¿Y Rajoy? Salvado. Por la campana, la de Feijoo. Ha perdido votos. Demasiados en el País Vasco, donde a Basagoiti le ha pasado factura a una nueva forma de entender la política vasca. Y un buen puñado también en Galicia, a pesar de aumentar en escaños y lograr una mayoría absoluta más holgada -¿cuándo se reformará esa injusta y actualmente inexplicable Ley D'Hont?-. Pero el presidente se ha salvado in extremis de una gran crítica a toda su política, a sus recortes y a su gestión de una crisis que levanta ampollas en toda la sociedad, gracias a que los resultados en Galicia le han sonreído más de lo que él mismo podía esperar. La política de recorte que iniciara Feijoo en su tierra hace tres años, preludio en parte de la que haría Rajoy a nivel nacional, ha dado su fruto en un electorado que en tiempo de crisis prefiere aferrarse en su mayoría a lo convencional. Siempre y cuando, eso sí, esa mayoría supere la de una cada vez más importante masa crítica que prefiere hacerse fuerte a la izquierda. Cree en el sistema y participa, pero da la espalda a los que hasta ahora se llamaban de izquierdas y no lo eran.

En resumen, la derecha resiste mientras la izquierda coge fuerza; algunas voces, y la experiencia gallega, le animan a unirse haciendo desaparecer a un PSOE que está completamente hundido. Y su dirigente, a estas horas, todavía desaparecido.

lunes, 24 de septiembre de 2012

La radicalización y la crisis

En tiempos de crisis, los discursos se radicalizan con una facilidad pasmosa. Y eso es peligroso. Bastante, además.

Estamos ante una grave situación económica del país, con 5 millones de parados y previsiones de llegar a 6. El malestar social va en aumento debido a los problemas económicos que sufren cada vez más personas. Además, la indignación se ha apoderado de gran parte de la sociedad española: los lejanos e "inocentes" culpables del pinchazo inmobiliario están muy lejos de vivir las nefastas consecuencias económicas que tuvieron y tienen sus acciones. Mientras, la inmensa mayoría de los ciudadanos, sufren al ver aumentados sus impuestos, recortados sus sueldos y son obligados a prescindir de cada vez más servicios sociales que necesitan.

Es una crisis en toda regla. De ésas que estudiábamos en Historia, de ésas que llevaron a los grandes cambios que vivió la Humanidad. Una de ellas, la más importante y reciente, fue la Revolución Francesa, que supuso el fin del Antiguo Régimen social, económico y político que se había conocido hasta el momento. Entonces, como ahora, el hastío de la sociedad contribuyó a alimentar las ganas de cambio y el rechazo a la clase política dirigente del momento, a la que se culpaba de la mayoría de los males que sufrían. Los problemas económicos por las subidas de impuestos y el encarecimiento de los precios, que entonces se traducían en auténticas hambrunas y graves enfermedades y epidemias como consecuencia de las durísimas condiciones de vida, avivaba el fuego de la indignación social.

Hoy, como entonces, los ciudadanos parecen dispuestos a querer terminar con situaciones que rechaza. Desde que el movimiento 15-M tomara las calles y las plazas hace año y medio -mucho hemos escrito en este rincón de ello-, las distintas plataformas que conforman este movimiento ciudadano no han tenido muy claro cómo reactivar la mezcla de indignación, solidaridad, empatía y simpatía de los españoles que les llevaron a cosechar grandes éxitos de participación durante las semanas que duraron las acampadas en las principales plazas de España.

Finalmente, el 25 de Septiembre ha sido la fecha elegida para tratar de reactivar ese malestar que consiguió aunar tantos descontentos y convertir a España en el punto de mira de todo Occidente -gracias a las numerosas réplicas obtenidas en distintos países-. El objetivo, 'ocupar' el Congreso, es en parte provocador, pero localiza geográficamente a los que considera culpables de sus males (como antaño La Bastilla), librando de mayores perjuicios a los comerciantes de las plazas ocupadas hace un año.

El hecho de que Sánchez Gordillo, el ahora famoso alcalde de Marinaleda -escudado tras su aforamiento de diputado autonómico andaluz- iniciara este verano una serie de acciones reivindicativas revolucionarias, atracando supermercados y 'ocupando' fincas rurales, no es más que una demostración de la facilidad con la que se radicalizan los discursos con el beneplácito de muchos, aceptando como válidos comportamientos que echan por tierra el Estado de Derecho que tenemos y que, si bien tiene muchas imperfecciones, es lo mejor que hasta ahora hemos logrado tener.

Desde la otra orilla, el aterrizaje en política de Mario Conde (esperado desde antes de que fuera condenado a prisión) complica aún más la percepción de la política por la ciudadanía. Conde, que ha estado preparando su entrada en escena desde hace años con el apoyo mediático de la derecha, pretende introducir aire fresco en un sistema de poder (denunciado por él mismo como El Sistema) que él conoce bien por haberlo 'habitado' de alguna manera durante años. Como el partido de Rosa Díez hace con el PSOE, pretende ser cobijo de votantes descontentos pero con una clara tendencia de voto. Precisamente, el hecho de que esté amparado por un grupo mediático que se autoposiciona como de derechas, mientras se presenta como salvaguardador de los derechos ciudadanos desde su partido Sociedad Civil y Democracia, no hace sino ensombrecer y encallar aún más un salto a la política que suena a venganza más que a servicio.

Es cierto que las comparaciones son odiosas. Y no pretendo ser alarmante. Pero la Historia la tenemos para estudiarla, para aprender de ella y para no cometer de nuevo los mismos errores. Estamos en Crisis, con mayúsculas, sí. Pero por favor, tengamos mucho cuidado con la radicalización de los discursos. Son peligrosos.

viernes, 27 de julio de 2012

Acerca de lo de Gallardón... yo no aborté

Yo no aborté. Y hoy, si me viera en una situación similar, volvería a actuar igual. El anuncio de Gallardón, de quitar el supuesto de la malformación del feto para abortar, ha generado una gran polémica. Y aunque ya han pasado unos años -esto es algo que nunca se olvida- me he armado de valor para contarlo hoy en mi blog (me he salido de los temas de actualidad y política que suelen traerme por aquí, que me perdonen mis seguidores).

Fue mi primer embarazo: estaba ilusionadísima, como todas las primerizas. Y a las 12 semanas llegó el diagnóstico: "es un feto acráneo, es incompatible con la vida", me dijeron. ¿Cómo??? ¡Pero si está vivo!! ¡Se está moviendo!!! ¡Y su corazón late!!!, decía yo mirando la imagen que salía por la pantalla del ecógrafo. Entonces me explicaron que se trataba de una malformación poco común, que se produce cuando debe cerrar la médula espinal y que no termina en espina bífida, sino en ausencia de huesos en el cráneo, haciendo de mi hijo un ser incompatible con la vida. ¿Qué soluciones médicas hay?, pregunté. "El aborto", me dijeron.

No puedo explicar el dolor que sentí. Mi hijo, que estaba vivo, tenía que dejar de estarlo, por mi decisión. ¡Pero si está vivo!, me repetía. ¡Cómo voy a decidir que deje de existir! Me sentía incapaz de decidir matar a mi hijo. No podía, era demasiado duro. Por otra parte, pensaba en los meses que me quedaban por delante y me decía: ¡qué horror! ¡cómo voy a seguir adelante hasta los nueve meses con un embarazo sabiendo que mi hijo morirá!! "Es mejor que tomes la decisión ahora -me decían los ginecólogos-, antes de que empieces a notar que se mueve, porque entonces te costará más". Y tomé la decisión.

No puedo abortar, me siento incapaz, le expliqué a mi marido. "Si no quieres abortar, no te preocupes, seguiremos adelante, con lo que venga", me dijo. Fue duro, lo confieso. Pero hoy lo volvería a hacer. Al poco, como me habían avisado, empecé a notar al bebé dentro de mí. Y un poco después, entendí que sólo tenía unos meses para hacer feliz a mi hija -ya sabía que era niña-: los que le quedaban de vida intrauterina. Me dediqué a disfrutar de todas las puestas de sol que podía, a vivir intensamente todos los buenos momentos que tenía alrededor, a comer un montón de cosas ricas, a escuchar la música que más me gustaba a todo volumen, a acariciarme la barriga y al bebé que llevaba dentro cada vez que se movía... Se trataba de poder fabricar todas las endorfinas posibles, y que éstas le llegaran a mi hija durante los meses que iba a estar junto a mí: eso es lo único que iba a poder darle, y quería dárselo a espuertas. 

Los meses pasaron, con mucha incomprensión de los que había alrededor, pero con un gran amor por nuestra parte hacia la hija que no veríamos crecer. Ella nació, y como nos dijeron, murió después de unas horas. ¿Fin de la historia? No, yo sé que hice todo lo que pude por ella. Yo sé que le dí lo único que le iba a poder dar: unos meses de vida. Y aunque lloré, fui feliz. Y aunque aún lloro, soy feliz. He tenido más hijos, todos sanos, como me dijeron que sería. Y a diario me acuerdo de la primera, pero ni con tristeza ni con pena: con nostalgia y con amor, de madre. 

No pretendo ponerme como ejemplo de nada, ni desacreditar ninguna de las múltiples opiniones que se han levantado en contra del anuncio del ministro de Justicia, como la carta de una pediatra a Gallardón, la del neurocirujano infantil o la de la madre que enterró a su hija de siete meses. La mía es otra experiencia: la de una madre que se negó a interrumpir un embarazo con una grave malformación. Y que aún se alegra de la decisión que tomó.  

lunes, 23 de julio de 2012

Del PP y su Comunicación de Crisis

"El fallo del PP es que actúa pensando en las próximas elecciones", me decía el otro día un político -que no es del PSOE- acerca de la gestión de la crisis que estaba haciendo el Gobierno. "¿Y qué político no lo hace?", le pregunté antes de recordarle que pertenecía a esa clase de "profesionales" dedicados al servicio público.

En cualquier caso, no podía darle la razón. El fallo del PP no es pensar en lo que vendrá después. Ojalá lo hicieran. Así, al menos, tendrían en cuenta la opinión de los ciudadanos que un día deberán decidir si les quieren de nuevo en el Gobierno o en la oposición.

El fallo del PP, como ha ocurrido en tantas otras ocasiones, es la ausencia de una eficaz política de comunicación de su gestión. De un modo bastante más duro lo comentó recientemente Antoni Gutiérrez-Rubí en El País: es la ausencia total de una política de comunicación lo que hace que su comunicación política sea un auténtico suplicio.

Precisamente, un reciente sondeo de Metroscopia sobre las medidas del Gobierno, ha sacado a la luz que más del 80% de los encuestados comprenden las protestas de los funcionarios por los recortes anunciados, y que además consideran que se extenderán hacia otros colectivos. Y esto se explica por múltiples razones.

Ahora que la distancia entre políticos y ciudadanos es cada vez mayor -y no sólo por la desafección de los últimos hacia los primeros-, la acumulación de una serie de pequeños privilegios que en momentos de crisis se convierten en enormes diferencias de clase, no hace sino contribuir a esa separación. El estancamiento de un sistema oligárquico y excesivamente cerrado aumenta la idea de que estemos gobernados bajo los intereses de pequeños grupos que acumulan muchas prebendas frente a una sociedad que ha de afrontarla con esfuerzo y grandes sacrificios durante los duros años de recesión antes de que mejore la economía del país. 


Estos días en los que el Gobierno ha iniciado un periodo desaforado de reformas, convirtiendo los viernes en el centro informativo de la semana por los acuerdos adoptados en el Consejo de Ministros, la imagen externa e interna es de una enorme inestabilidad. La revisión de tantas normativas, acompañadas en muchos casos por el cambio radical entre la anterior legislación y la nueva, ayuda a sembrar la desconfianza ante lo desconocido que está por venir. La inestabilidad política alimenta la inestabilidad económica y social, y éstas a su vez aumentan las decisiones políticas no previstas. La espiral es demasiado peligrosa.


Ahora más que nunca el Gobierno debe manejarse con una correcta, orquestada, completa y perfecta maniobra de comunicación para hacer llegar a la ciudadanía que las decisiones que se toman no sólo son fruto del atosigamiento de los mercados ni de las imposiciones europeas, sino que forman parte de un preciso plan para reponer las arcas, en el que está todo controlado y previsto, que no hay vacilación ni improvisación, que sólo toca el tiempo de "apretarse el cinturón". Y por eso no es de recibo ni creíble que la operación lavado de cara de los políticos del país sea reducirse entre un 5 y 10% el sueldo. 


Un nuevo sondeo, ahora el de Sigma Dos, advierte de la bajada del PP en 9 puntos en intención de voto, frente al escaso ascenso del 0'8% para el PSOE. Sólo IU y UPyD se salvan de la criba en un hipotético encuentro electoral, pero la situación de ingobernabilidad sería aún peor. De nuevo el PP se enfrenta a sus viejos fantasmas: la incapacidad de hacer llegar a la ciudadanía que tiene controlada la situación, que el mensaje es único, uniforme y tranquilizador. Que los temores de la sociedad son infundados. Y que nuestro Gobierno es capaz de resolver la situación, sea ésta cual sea. Porque, es capaz, ¿verdad?

miércoles, 4 de julio de 2012

¿Nuevos aires en el PP andaluz?

Javier Arenas se va a Madrid. Ya sabíamos, antes de que lo anunciara, que esto era posible. Toda vez que se quedaba fuera de la Junta de Andalucía, y que el logro electoral del PP era en vano sin la mayoría absoluta, en realidad lo único que desconocíamos era la fecha de la marcha. Los graves acontecimientos nacionales con la crisis financiera, y el caos comunicativo popular demostrado una vez más en esa ocasión, precipitaron la marcha. Pero era la crónica de una marcha anunciada.

Ya ocurrió lo mismo en el 96, cuando Arenas decidió saltar a la política nacional llamado por Aznar a su gobierno. Y ahora, aunque de momento no ha entrado en el Gobierno, el que ha sido líder del Partido Popular Andaluz durante los últimos 14 años ha anunciado su decisión de no volver a presentarse como candidato a la Junta de Andalucía.

Además, y para no "interferir", convocó un congreso regional que se celebrará en diez días y que elegirá a la nueva directiva del PP, la que más adelante decidirá el candidato que deberá intentar gobernar en el Palacio de San Telmo, porque las elecciones -como bien se encarga de recordar el PP-A un día sí y otro también- ya han sido por primera vez ganadas al PSOE en esta tierra con Arenas al frente.

Y ya que su marcha era precipitada, dejaba al frente del partido a su mano derecha: Juan Ignacio Zoido  -que no su fiel escudero: Antonio Sanz, quien marcha con él a Madrid-. Él ha sido uno de sus hombres de confianza desde que Arenas volviera a Andalucía en 2004, quien estuvo dos años al frente de la Secretaría General del partido -sustituyendo a Sanz- y quien recibiera luego el difícil encargo de pelear la plaza de la capital andaluza (objetivo logrado con notable éxito en las últimas elecciones municipales). 


Nada más recoger el testigo del partido a nivel regional, Zoido se reunió con los barones provinciales y aunque en un primer momento se resistía a optar a la presidencia del partido, finalmente anunció que así sería aunque su "prioridad será siempre Sevilla". El reciente paso de Mariano Rajoy por Sevilla ha servido, además, para "bendecir" su próxima elección como presidente popular andaluz. 


Se supone que la marcha de Arenas a Sevilla será total, es decir, que no estará tutelada a la sombra desde Madrid, como ocurriera durante los años de presidencia de Teófila Martínez. Pero quien queda al frente del PP-A ha sido el elegido por el propio Arenas. Y precisamente porque Zoido ya ha avisado que su prioridad es la alcaldía, todo el peso del partido recaerá en la figura del Secretario General, que será quien finalmente controle el partido. Pero 14 años llevando las riendas de un partido son muchos años como para marcharse a Madrid y olvidarse para siempre de lo que ocurra en su feudo electoral. De hecho, el propio Arenas es consciente de que aunque sea un confidente de Rajoy en muchos asuntos, el peso en el partido se lo da su tierra y sus votantes. ¿De verdad no va a controlar desde Madrid lo que aquí ocurra?


Lo cierto es que su primera intención ha sido ésa: marcharse y cerrar los ojos "para no interferir". El hecho de que parta con él el que ha sido su mano derecha en Andalucía, Antonio Sanz, es otra prueba de que queda parcialmente ciego a lo que en esta tierra ocurra. Por eso será tan importante la figura del nuevo secretario general: porque será el que deberá lidiar con el que ha sido durante 14 años y hasta ahora presidente.


Zoido no ha querido desvelar su nombre, pero sí que el modelo de partido a seguir será el marcado por Javier Arenas en estos últimos años y que ha llevado al PP ha ganar por primera vez las elecciones en Andalucía. Tienen mucha probabilidad de seguir con puestos de responsabilidad muchos de los que ahora están, como Ricardo Tarno y Carlos Rojas, portavoz parlamentario y granadino, está llamado a tener un papel relevante en el nuevo PP-A, además de por ser hombre de Arenas, por favorecer también el equilibrio territorial en una cúpula en la que Sevilla tendrá mucho poder. ¿Habrá entonces de verdad nuevos aires en el PP andaluz? 

martes, 15 de mayo de 2012

15-M, lo que pudo ser

Ya ha pasado un año, y podemos decir que ha sido y es uno de los movimientos ciudadanos más importantes de la historia de la democracia de nuestro país.

Nació, cuajó, se convocó y se retroalimentó a través de las redes sociales. La confluencia de varias quejas ciudadanas transmitidas a través de la red, fraguaron iniciativas del tipo #Nolesvotes, donde se recordaba a los ciudadanos que había tres grandes partidos políticos en España que actuaban en contra de los intereses de la ciudadanía en favor de su partido o en connivencia con grandes lobbies (el sempiterno poder financiero de los bancos y la enorme influencia de quienes en defensa de los derechos de autor pretendieron poner cotos a la libertad de información en Internet).

Simultáneamente, otros movimientos, como #DemocraciaRealYa reclamaban unas maneras más abiertas de hacer política, más participativas, menos opacas y, en definitiva, más democráticas. Fue DRY quien tuvo la iniciativa de convocar una gran manifestación ciudadana para reclamar cambios en el sistema político de nuestro país que, sobre todo, se cebaba siempre con los más débiles. Más de 50 asociaciones ciudadanas independientes se adhirieron a la iniciativa, la secundaron, y se convirtió en una gran concentración ciudadana simultánea en las principales plazas de todas las ciudades españolas. Mientras, los dirigentes políticos y muchos medios de comunicación miraban atónitos sin entender qué estaba pasando. ¿Es esto una primavera española? ¿Los aires de cambio del pueblo árabe -que vivía en aquellos días la caída de diferentes regímenes autoritarios gracias a la presión ciudadana en las calles- han contagiado a este mestizo país?

Pronto fue calificado como el movimiento de los "Indignados", ya que era el sentimiento común que tenían todos aquéllos que apoyaban de alguna manera aquella demostración silenciosa de fuerza. Pero una cosa tan grande no podía morir en un sólo día. Los concentrados no querían ni debían irse, asombrados de su propia fuerza. Y el 15-M acampó en Sol. Y empezó a hacerse aún más fuerte. Muchos que habían quedado en sus casas esa tarde de sábado, se levantaron en los días posteriores y se sumaron de alguna manera a la queja. Su reflejo crecía también fuera de España. Las embajadas españolas en el exterior empezaron a vivir sus propias acampadas, y a recibir muestras de apoyo y simpatías. Ya había una #spanishrevolution.

Ese fue el verdadero punto de inflexión. ¿Cuál es la queja? ¿Qué pide el 15-M? ¿Hay algún tipo de manifiesto? ¿Cómo se concretan las peticiones? ¿Quedarán acampados en todas las plazas hasta cuándo? ¿Es verdad que no hay políticos detrás? -Rubalcaba era señalado directamente en la intimidad por numerosas voces peperas, IU cosechaba pitadas en Sol y UPyD callaba mientras soñaba con la posibilidad de romper el bipartidismo en los Ayuntamientos y en el Congreso-.

La fuerza de este movimiento callejero, su popularidad y capacidad para generar adhesiones, fue en parte también culpable de su apocamiento. Elaborar un primer manifiesto fue demasiado complejo. Organizadas las distintas acampadas en asambleas de trabajo, unir las quejas de tantos fue excesivamente complicado. A los pocos días de nacer, circuló el llamado "Acuerdo de mínimos", destinado sobre todo a reclamar cambios políticos: separación de poderes, reforma electoral (listas abiertas, financiación transparente de partidos y desechar la Ley D'Hont entre otras), luchar contra la corrupción a través de un mayor control ciudadano y más transparente y hacer más participativo el sistema político. Pero no fue suficiente, y el eslogan que se hizo fuerte "No somos mercancía en manos de políticos y banqueros", exigía acabar con determinadas injusticias económicas, sobre todo en el sistema financiero. Y mucho, mucho tiempo después del 15-M llegó el ansiado Manifiesto que aún hoy cuelga en la web de DRY: demasiado poco concreto y cargado de utopías sociales, políticas y económicas.

Y hoy, un año después, el movimiento ha sufrido una escisión entre los que quieren instalarse dentro del sistema como asociación política (e intentar cambiar las cosas desde dentro, se supone) y los que consideran que eso sería el fin y deben mantener su fuerza como lo que son: un movimiento ciudadano espontáneo, con numerosas adhesiones y capaz de canalizar el descontento de muchos por un sistema excesivamente viciado por el paso de los años y los pésimos e inútiles sistemas de control.

La gran dificultad estuvo en la propia definición del sistema. Había que haber acotado más, haber concretado, y haberse ceñido a unificar bajo las peticiones que eran comunes a todos. Hoy, la situación política y económica ha empeorado enormemente. El movimiento social ha salido a la calle como si hoy fuera 2011, pero algo ha cambiado sin duda. La fuerza inicial ha dejado paso a una permanencia de reclamaciones, pero con el yugo del tiempo que obliga a aceptar que todo sigue igual.

Es posible que ésto sólo sea el comienzo. Que haya otros muchos 15-M y que se aprenda de los errores, se unifiquen criterios y peticiones, se acoten demandas y se concreten exigencias. Puede ser que los ciudadanos hayan decidido que esto es el comienzo del fin, y que las nuevas tecnologías jueguen aquí el fundamental papel que el sistema político les niega. Es probable que las gravísimas crisis económica, financiera, política y social se sumen a la revolución tecnológica y de la información y vivamos el inicio de una Nueva Era histórica, muy lejos ya de la Edad Contemporánea que naciera con la Revolución Francesa en 1879.

jueves, 26 de abril de 2012

La Comunicación del PP: ese escollo por salvar

No hay nada que hacer. La Comunicación del Partido Popular no ha sido nunca uno de sus fuertes. Hoy tampoco.

En los días del gloria del PP, cuando gobernaba Aznar y la economía y España iban bien, se cometían errores garrafales de comunicación. Algunos fallos se produjeron por incapacidad de contraatacar rápidamente ante las puntas afiladas de la bancada de enfrente, como fue el caso de la foto de las Azores. Una terrible ingenuidad, junto con  un nulo criterio de la objetividad y la empatía, fueron el caldo de cultivo perfecto para un cóctel molotof mediático muy explosivo que aún hoy le cuesta votos a los populares.

Unos meses después, una Crisis con mayúsculas mal gestionada -el 11M-, le costó al PP el gobierno de la nación. Hubo enormes errores de la gestión de la crisis: la mayoría, además, fueron tremendos errores en la comunicación. Les costó unas elecciones presidenciales.

Ocho años han pasado y sabemos que la sequía del desierto de la oposición no enseñó al Partido Popular que debía manejar mejor los tiempos, los temas, los titulares y los argumentos para vencer en esa guerra electoral que se libra a diario: la de la opinión pública. Sólo lleva unos meses en el Gobierno, pero no hay más que mirar los periódicos, Internet o Twitter para darse cuenta de que el PP tiene perdida la batalla de la calle.

Durante casi nueve años se nos ha estado intentando convencer de que Rajoy era un buen gestor pero un mal candidato. Tres asaltos electorales después, con dos fracasos y una victoria, sabemos además que es un buen gestor y gran trabajador, pero un pésimo comunicador. Y no sólo porque haya huido de la prensa tras anunciar importantes medidas en Sanidad y Educación.

Su cara a cara con Rubalcaba, en el que estuvo enfrascado en sus papeles gran parte del tiempo, dejó a la vista del público a un candidato prudente, que buscaba más la seguridad y la certeza de los datos que el convencer al gran público de su valía. Fue un debate en el que, en parte, Rajoy salvó los muebles gracias al gran error de Rubalcaba: enarbolar un discurso desde una hipotética oposición en la que su subconsciente le situaba y, lo que es peor, que él mismo se encargó de situar en el electorado.

Cinco meses más tarde seguimos constatando que el hoy presidente del Gobierno es un hombre serio, de trabajo, convencido de lo que tiene que hacer y que lo acomete sin demoras. No recuerdo una época en la que se esperara con más ansiedad informativa los Consejos de Ministros de los viernes: no hay uno en el que no haya sorpresas informativas o nuevas reformas por conocer.

Y precisamente, cuando más tiene que aplicarse el PP en explicar ante la ciudadanía las numerosas reformas de gran calado que va a llevar a cabo, más pincha. Ni una se ha vendido bien. Todas han fallado en la comunicación. Empezando por la del Empleo. Pero no por haber causado una 'cantada' huelga general, sino por un tardío spot publicitario que a pesar de ser bueno, falló en el timing: tuvo que ser retirado en plena campaña electoral andaluza y asturiana. Y hoy, sin campañas electorales y mucho que perder ante la opinión pública, el vídeo explicativo sobre la Reforma Laboral tiene en YouTube sólo 264 reproducciones. ¿Le parece a alguien de recibo?.

La Reforma Educativa es una bomba de relojería que aún no ha explotado. Sus propuestas de reducción del gasto público aumentando la ratio escolar, proponiendo el cierre de titulaciones universitarias sin un mínimo de matriculaciones, condicionando las becas para la Universidad también a los resultados académicos, sacarán a los alumnos y profesores a la calle dentro de muy poco. Y sin embargo, muchos en privado son capaces de reconocer que hay demasiadas universidades en España, que los jóvenes hipotecan años de estudio para ser titulados en paro, que los gastos son excesivos y que hay que hacer algo... "Algo sí, claro, pero no ésto", afirmarán. Es evidente que no se comunicó bien.

La Reforma Sanitaria sólo ha dejado en la retina de los españoles que los jubilados podrán llegar a pagar hasta 8 euros al mes por sus medicamentos. Sin embargo, son muy pocos los que saben que los parados dejarán de abonar en las farmacias por esta medida. Si lo negativo triunfa sobre lo positivo es sólo por una mala gestión de la comunicación de las medidas. Si bien los ministros responsables (Sáez de Santamaría, Báñez, Wert y Mato en este caso) supieron explicar con claridad sus iniciativas, la maquinaria mediática ha pillado a contrapié a la comunicación institucional. La ingenuidad, falta de previsión y de organización, el desconocimiento del pulso de la opinión pública, la torpeza para propagar eficazmente los mensajes y una total incapacidad para la reacción son algunas de las causas de este caos comunicativo.

Y todo esto coincide con el doloroso conocimiento por parte del público de una importante amnistía fiscal. Para muchos resulta insultante. Para los profesionales de la comunicación institucional también, pero además por otros motivos.

P.D.: este artículo se ha escrito sin citar una sola vez la palabra "recorte" ;-)

viernes, 13 de abril de 2012

Con todo el pescado vendido

Se sabía antes de que se celebraran los comicios: o el PP obtenía la mayoría absoluta o no podría alcanzar San Telmo. Y así, a falta de cinco escaños, Javier Arenas se encuentra a un único paso de lograr el Gobierno en la Junta de Andalucía.

Lo cierto es que ya está todo el pescado vendido. Valderas ya anunció antes de las elecciones que no permitiría un gobierno de derechas. Por eso el PSOE celebró la noche electoral como la de un gran triunfo a pesar de haber perdido 9 escaños. Aún así, Arenas hizo los deberes y en plena resaca electoral sacó la bandera del pacto de gobernabilidad, como si fuera posible un pacto PSOE-PP al estilo alemán, (el del País Vasco tiene la connotación de que fue para evitar el gobierno nacionalista de PNV. Y el de Extremadura, ya está jugando malas pasadas al PP). Así, se garantizaría la estabilidad del Gobierno en los tiempos difíciles que vivimos de arcas públicas vacías. Como era de prever, nadie le hizo caso.

Más tarde, con las aguas más calmadas, comenzaron las disputas en el seno de IU. El ala más radical de su partido, la de Sánchez Gordillo, se opuso claramente a que IU se vendiera en un pacto de gobierno con el PSOE. Y las bases, que deben aprobar la decisión en un referéndum vinculante, son siempre reacias a gobernar con el PSOE: por principios y por el alto coste electoral que luego les supone. Lo más planteable para IU sería un pacto de investidura: apoyar la elección del presidente y condicionar todas las decisiones de gobierno a posteriores pactos. Pero no, Griñán avisa que el acuerdo es para cuatro años: de lo contrario, se augura una legislatura muy corta y con terribles dolores de cabeza para el partido de Gobierno, que tendría que pactar todas y cada una de las decisiones de calado en un parlamento en el que no tiene ni siquiera la mayoría simple.

El tiempo ha pasado y el próximo19 de abril se constituirá el Parlamento Andaluz. Ahora todo son prisas. Griñán confía en cerrar el acuerdo en una semana: eso sí, supone la entrada de IU en el Gobierno y la creación de un bastión de oposición global al Gobierno Central desde Andalucía, tal y como se hiciera durante los ocho años de Aznar. La idea romántica de ser el reducto "rojo" en un mapa ibérico teñido prácticamente de azul, refuerza a los que dudan de las ventajas de pactar con el PSOE. Pero IU es consciente de haber recogido gran parte del voto descontento socialista: si ahora le dan gobierno ¿no estarán traicionando a su electorado?, se preguntan en las asambleas. Y encima, con amenazas de escisión por parte del alcalde de Marinaleda. Por eso, desde la dirección regional de IU no tienen prisa y esperan cerrar acuerdos de programa suficientemente importantes que les permita entrar en el Gobierno.

Según recogía ayer la versión digital de La Razón, "La otra incógnita que IU debe despejar es cuándo se celebrará el referéndum vinculante entre sus bases. El sector contrario al pacto sospecha que no se convocará. De momento, las agrupaciones locales ya han hablado. En Sevilla, territorio controlado por Juan Manuel Sánchez Gordillo, las agrupaciones han rechazado un pacto con el PSOE, según la dirección provincial. Sólo una asamblea votó a favor de un  acuerdo de legislatura; 16 se pronunciaron por apoyar la investidura de Griñán con condiciones programáticas; diez se decantaron por la abstención o «votarnos a nosotros mismos»;  y once asambleas no apostaron por ninguna proposición. Estos datos los puso en duda la dirección regional, que apuntó que sólo diez rechazaron cualquier tipo de acuerdo.   
Mañana, el sector crítico que engloba al Sindicato de Trabajadores del Campo y de la CUT-BAI se reunirán en Osuna (Sevilla) para seguir haciendo fuerza para que IU rechace un pacto con el PSOE y no entre en un futuro Gobierno. En todo caso, un apoyo a Griñán y siempre que cumpla determinadas condiciones".

Pero la maquinaria ya está en marcha. Y aunque Arenas trata de quemar estos días sus últimos cartuchos, recordando que el Gobierno entre los dos grandes es posible, ya han salido los sindicatos a apoyar el pacto de IU con el PSOE. Es la prueba irrefutable de que todo el pescado está ya vendido.

lunes, 26 de marzo de 2012

Los protagonistas de las elecciones andaluzas

El batacazo ha sido grande, pero de quien no se esperaba. Las encuestas jugaron una mala pasada, y el Partido Popular de Andalucía sufre hoy las consecuencias de haberse creído triunfador y sentirse perdedor pese a haber ganado.

Estas elecciones, que se celebran tres meses después de unas generales que llevaron al PP a la mayoría absoluta en el Gobierno de la nación, dan pie a múltiples lecturas de lo ocurrido. La más socorrida, que Rajoy suspende 100 días después de empezar a gobernar. Pero yo tengo mis dudas: el debate autonómico  sobre todo en Andalucía es demasiado peculiar para extrapolar los datos de las nacionales. Son 400.000 votos los que ha perdido el PP entre la contienda general y la autonómica. Pero en esta ocasión ha pesado, sin duda, que las andaluzas se celebraran por primera vez en 16 años por separado de las legislativas. El PSOE sabía que era la única opción para evitar la gran debacle general, y lo ha logrado.

Fuente: Datos oficiales de la Junta de Andalucía


Pero no es el único motivo. Los escándalos de los ERE fraudulentos y la corrupción han pasado factura al PSOE, aunque a la vista de los resultados, no tanta como habían previsto las encuestas: 9 escaños y cerca de 700.000 votos. Pero aún mantiene más un millón y medio de electorado fiel que le permite presumir de una dulce derrota que en realidad es una victoria. El perfecto control de los medios audiovisuales y sus mensajes han jugado sin duda un papel fundamental en esta mínima sangría de votos. José Antonio Griñán sale reforzado dentro y fuera de esta tierra. Ya tuvo que demostrar su fuerza en un Congreso Regional tras ser designado por Manuel Chaves como sucesor 'digital'. No quiso mojarse pero se posicionó a favor de la baza perdedora en las Primarias de su partido. Y hoy sabe que podrá seguir gobernando a pesar de haber perdido las elecciones.

Diego Valderas es el gran triunfador del encuentro electoral. Pese a haber anunciado que pactaría con el PSOE para impedir la gobernabilidad del PP en la Junta, IU ha logrado doblar la representación autonómica que tenía y es la única fuerza política que gana votos absolutos (120.000). Lo cierto es que Valderas ha ganado en todas partes menos en su pueblo (Bollullos, como bien apunta en su blog @ascandi, donde sacó 1.000 votos menos que en los últimos comicios autónomicos). Y es llave de Gobierno, a pesar de que su electorado haya castigado siempre con posterioridad los pactos de gobernabilidad.

Otro de los elementos a analizar es el candidato que ha perdido las elecciones. Javier Arenas, a pesar de haber sido la fuerza más votada y haber logrado el apoyo del 40,66% de los votantes, ha sido derrotado. Por cuarta vez el dirigente popular se ha presentado a estos comicios. Y en ninguna de las ocasiones ha logrado la presidencia de la Junta. Pero uno de los datos más duros es que el propio Arenas en el año 2008 logró 1.730.000, y en esta ocasión ha perdido 160.000 votos de respaldo a su propia persona; y 400.000 de apoyo a su partido en las pasadas generales del 20N (hace sólo tres meses). El candidato del PP ha sido, con toda probabilidad, motivo y causa de estos resultados. Que su figura genera rechazo en los votantes es una verdad irrefutable después de cuatro intentos. El hecho de partir como favorito en las encuestas le hizo tomar decisiones -cuanto menos arriesgadas en su momento-  que hoy se ven como errores directos: es el caso de la incomparecencia en el debate de Canal Sur (como dice @antonigr en este artículo y en éste otro sobre la silla vacía).

Sin duda el PP andaluz debe afrontar ahora una profunda renovación que se hace más necesaria que nunca. Como sostiene @lacarreter en su análisis, los resultados electorales piden cambios: cambio en la manera de hacer las cosas que hasta ahora ha tenido el PSOE en la Junta de Andalucía (700.000 votos menos). Cambio en la candidatura y/o directiva popular que no ha logrado convencer a los electores andaluces (400.000 votos menos que en las elecciones generales de hace 3 meses). Cambio en el papel que debe jugar la izquierda en esta tierra: logran 120.000 votos más que en las últimas autonómicas. Y eso, a pesar de la importante abstención, que es el otro gran protagonista de estas elecciones: frente a los 3.900.000 votantes de ayer, hay 2.400.000 andaluces que no lo hicieron. Ellos son los grandes protagonistas de estas elecciones: los que no estuvieron. ¿Qué ha pasado? ¿Qué ha provocado la ausencia de tantos electores? ¿Qué mensajes fallaron y no lograron que se movieran el domingo del sillón? ¿O qué determinó su decisión de no ir a votar?

Sabemos que la autocrítica no es una virtud común entre la clase política de este país. Pero después de la noche de ayer, todos deberían hacerlo. Ahora empieza verdaderamente la jornada de reflexión.

jueves, 22 de marzo de 2012

Mapa de las Redes Sociales

Si quieres conocer de un vistazo cuál es el alcance de las Redes Sociales, clasificadas según su tipología, número de usuarios y país de creación, échale un vistazo a este Mapa de las Redes Sociales, creado por IRedes y que he conocido gracias al blog de @PabloHerreros.

                                                

viernes, 24 de febrero de 2012

viernes, 10 de febrero de 2012

Comunicación Gubernamental en power point

El Gobierno de Mariano Rajoy está marcando diferencias en la comunicación gubernamental. La elección de Soraya Saéz de Santamaría como ministra portavoz ya aseguraba una comunicación directa y eficaz por parte del Gobierno, debido a las cualidades demostradas por esta política durante la pasada legislatura en sus enfrentamientos con su antecesora en el cargo. Pero esto no ha hecho más que empezar.

Con motivo del cumplimiento de sus primeros 50 días de Gobierno (¿quién dijo 100?), ha publicado en su página oficial un documento en el que desgrana los principales cambios y reformas estructurales que ha iniciado en tan breve espacio de tiempo.


Este documento, elaborado a través de presentaciones de diapositivas bajo un conocido programa llamado power point, describe en 20 páginas los acuerdos iniciados por los distintos Consejos de Ministros del joven Gobierno: ajuste presupuestario y ley de estabilidad y sostenibilidad financiera de las Administraciones Públicas, saneamiento del sector financiero y medidas urgentes para la reforma del mercado laboral. Igualmente, enumera la actividad presidencial más destacada tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Pero no ha sido el primer power point que salía hoy de La Moncloa.




Previamente, el Consejo de Ministros quizá más esperado desde la toma de posesión el pasado mes de diciembre, el del anuncio de la reforma laboral, se basó en otra presentación en power point para justificar y explicar los principales cambios que se introducían en dicha reforma. Este otro documento de 23 páginas acompañó la explicación de la Ministra de Empleo, Fátima Báñez, durante la rueda de prensa posterior a la asamblea ministerial.

No soy seguidora de las ruedas de prensa del Consejo de Ministros, pero a tenor de lo que se iba publicando en Twitter, la decisión de apoyar la intervención en un documento así ha causado sorpresa entre los comunicadores. No era la primera rueda de este tipo que se producía así. La del 30 de diciembre -en la que conocimos, entre otras cosas, la subida temporal de impuestos-, ya contó con este tipo de presentaciones en diapositivas.

No se han cumplido ni 100 días cuando este Gobierno de Rajoy ha marcado grandes cambios en la comunicación institucional y gubernamental de nuestro país. Algunas de ellas deben ser puestas en cuarentena en cuanto a la estrategia y la táctica utilizada, como es la aparente evasión de los encuentros con periodistas por parte del presidente -y más si son abiertos a preguntas-. Pero ésta otra parece apostar más por  la apertura, claridad y calidad en la información gubernamental (a pesar de las críticas que este formato de diapositivas tiene entre los comunicadores). Todo parece indicar que el Gobierno de Rajoy comunicará más de una vez a través de power point.

Nada que objetar. Sólo voy a detenerme en un pequeño detalle. El próximo power point que salga de Moncloa, que cambie su nombre antes de ser enviado a los medios o publicado en la web. De esta manera no podremos saber que el documento definitivo no fue aprobado hasta su tercera edición. ¿Por qué si no habría de llamarse "El Cambio versión 3"? ;)

jueves, 9 de febrero de 2012

Andalucía: con las vergüenzas al aire

No me extraña que durante tantos años se hayan celebrado con las generales. El hecho de que el país entero pueda estar pendiente del debate andaluz ante unas elecciones autonómicas era un error como bien sabía Chaves. Por eso rehuía de separar nuestros comicios de los de la nación. Anda, que como se enteraran en el resto de España lo que aquí pasaba...

Lo malo, es que ahora no ha habido más remedio que separar. El 20-N, con el desgaste que Zapatero provocó a la marca PSOE, era un fracaso anunciado. Separarlo unos meses suponía albergar una doble esperanza: por un lado, que algo de 'eso' que había hecho tanto mal se hubiera marchado ya para siempre -seguro, tras el anuncio de la no reelección a presidente de ZP-; por otro, se confiaba en que la tijera del PP se hubiera dejado sentir notablemente sobre la población y hubiera servido para enarbolar la temida bandera de "¡Que viene la derecha!".

Lo peor, que ahora todos saben lo que aquí ha ocurrido durante tantos años: clientelismo, subvenciones, despilfarro, amaño de ERES, desviación de fondos públicos... Y es una vergüenza. Por que si esto ha ocurrido durante tantos años en esta tierra, es porque ha habido mucha gente que ha consentido. Muchas personas afectadas, silenciadas por el poder del cochino dinero. Muchos andaluces conocedores de los fraudes, callados por sacar el beneficio de un favor. Muchos corruptos, en definitiva, que sabiendo las trampas callaron, convivieron o consintieron que el mal se produjera, se mantuviera o no se denunciara.



Por que igual que ahora sabemos, debimos conocer antes. Igual que ahora denuncian, debieron hacerlo con anterioridad. Del mismo modo que aparecen informes anónimos sacados de los despachos de la Junta de Andalucía, debieron haber salido hace tiempo y no cuando tocaron y enfadaron al colectivo al que pertenecen los denunciantes.

Y eso me avergüenza. Porque puede hacer que se acepte que en Andalucía se funciona así. Que aquí hay mucho corrupto. Y que demasiada gente calla, no por no poner en peligro su vida (como ocurre con los municipios italianos que conviven con la mafia, por ejemplo), sino por no perder la situación que han logrado.

Se supone que separar el debate andaluz ha sido bueno. Se supone que es probable que cambie el color político en Andalucía y se pondrá fin a lo que podría considerar un "régimen" que se ha mantenido durante 30 años en esta tierra. Se supone que deberíamos alegrarnos de que ahora se sepa la verdad y vayan a juicio los culpables. Pero yo no me alegro. Nuestra imagen está en juego. Y, además, no me creo que los culpables hayan sido sólo unos pocos.

lunes, 16 de enero de 2012

Y ahora, las andaluzas

Ya están aquí las elecciones andaluzas y la expectación es máxima. Hace unos cuantos meses, nadie daba un duro por el vuelco electoral en Andalucía, el gran bastión del socialismo en España. Pero ahora, tras las generales y después de comprobar que las encuestas no mentían, el sueño no ha vuelto a rondar las almohadas de muchos. 

A poco más de dos meses para la cita, las maquinarias electorales marchan a ritmo máximo. En el PP están que se salen. Hablan de contención, de trabajo, de recolectar uno a uno los votos que necesitan para una mayoría gobernable (absoluta, vamos). Pero el triunfo que prevén les asoma casi sin querer, como en los cómics: en el brillo del diente cuando sonríen. 



Y su web electoral, por ejemplo, es una buena muestra de ello. Buscando el impacto visual y emocional, muy centrada en el candidato y rezumando triunfalismo. Con una cuidada estética, es una demostración de fuerza a lo grande, que acierta para mi gusto desde la misma elección del dominio: www.javierarenas.es. De los fallos destacaría el excesivo personalismo en el candidato (que muchos podrían confundir con autoritarismo) y la complejidad y tamaño de la web en sí. O es un órdago a la grande, o dan la impresión de ir de sobrados (en recursos gráficos, materiales, sociales...). 

En la otra orilla, el PSOE que lucha por mantenerse en el poder de una región que ha gobernado durante 30 años seguidos. Que tiene todas las de perder por la que le ha caído a nivel nacional y por la que les sigue lloviendo aquí en el Sur a diario: más ERES y cada vez más insospechados destinos del dinero público. 



Deberían estar echándolo todo en el asador, pero lo más parecido a una web electoral que tienen a día de hoy es la imagen superior: una web destinada a recoger propuestas electorales. Muy abierto, muy dospuntocerista (política 2.0) y tal. Pero, ¿eso es todo lo que tiene que decir el PSOE frente a unas elecciones en las que se juega tanto? No lo creo, algo más verá la luz en los próximos días con total seguridad. Alguna plataforma que se centre desde su propio dominio, o sus keywords, en el candidato a presidente, no vaya ser que siga ocurriendo lo que hasta ahora: que al buscar Jose Antonio Griñán en Google no aparezca en los diez primeros resultados ninguna página directamente controlada por su equipo electoral. Vaya error de Comunicación!.

Pero esto cambiará, sin duda. Si no, alguien con maldad podría pensar que piden propuestas porque ya no tienen propias. Y otro alguien, con mayor maldad aún, podría aconsejarles que se pasaran por la web del PP, donde recogen al menos 102 promesas incumplidas por el PSOE en anteriores contiendas electorales. Si es a maldad a muchos no hay quien les gane. 

Entre tanto, observaremos. Y prestaremos atención a los otros partidos y, sobre todo, a la respuesta ciudadana. Quizá el gran enemigo a batir sea precisamente el obtener una respuesta. Aquí, como en las generales, la movilización del voto dormido o escondido -más que el trasvase- será el gran enemigo a batir por el PSOE.