(artículo escrito para Magazink el 24-06-16)
Dicen que segundas partes nunca
fueron buenas. Aplíquese a libros, películas, relaciones amorosas… Pero no a
campañas electorales. La repetición de elecciones por primera vez en España nos
ha dejado un derroche de creatividad en los partidos políticos como los que
hasta ahora nunca habíamos visto. Y esto, sí es bueno.
Es bueno porque hace que los
equipos de campaña tengan que superarse. Porque el hecho de llegar convocados 6
meses después de nuevo a las urnas, para encontrarnos de nuevo con los mismos
candidatos y los mismos programas (con nuevas y originales formas, eso sí, como
el de Podemos, convertido en un catálogo de IKEA), ha convertido esta
campaña en una auténtica batalla de ingenio y creatividad.
Y es que el uso mayoritario de
Internet y las redes sociales ha cambiado sustancialmente el modo de hacer
política. Si antiguamente, la creatividad se debía aplicar a elegir qué objeto
de mercandishing resultaría más efectivo (y hemos visto desde polvorones hasta
magdalenas, pasando por unos originales rotuladores del
PP), ahora Internet lo soporta todo. Los spots electorales, que llevan
dando la batalla en política desde los años 50 en EEUU (según nos explica Xavier
Peytibi en este artículo), han sido los verdaderos protagonistas de esta
campaña y han servido más que nunca para soltar verdaderos ZASCAS a los
contrarios con simpatía, sentido del humor y gran éxito de público y crítica en
muchos casos.
Y es que el marketing político ha
cambiado en los últimos años. Desde que se inventaron, los vídeos electorales han
tenido una grandísima importancia (¿recuerdan el doberman del PSOE en
1996?). Ahora, la posibilidad de que éstos puedan verse de manera libre y
gratuita por Internet, redes sociales, WhatsApp o Telegram ha permitido que
proliferen de manera asombrosa. Y es que, claro, ya no hay que pagar por carísimos
20 segundos de publicidad en televisión para que se emitan; ni que su visionado
se limite a los espacios gratuitos que la televisión pública está obligada a
ceder según un cada vez más anticuado
reglamento electoral (como la prohibición de publicación de encuestas durante
los últimos 5 días de campaña que es abiertamente
burlada en Internet y medios o la cuestionada existencia de una obsoleta
jornada de reflexión).
Y así, entre el abaratamiento de
los vídeos al limitarse su coste a la creatividad y la producción y la
necesidad de despertar y mover de su cómodo sillón al electorado, hemos podido
asistir a un gran espectáculo de creatividad y respuestas de partido a partido
a través de los vídeos. Son tantos y tan buenos la mayoría que da pena no
nombrarlos todos, pero seleccionaremos unos cuantos (otra gran selección, en este
post de Peytibi).
Tras el debate electoral a cuatro
(gran acierto ponerlo al inicio de campaña y no a mitad como acostumbraba a
estar), Podemos publicó un genial vídeo en el que se defendía de la acusación
del PSOE de que sólo le preocuparon los
sillones en la anterior negociación. El PSOE, por su parte, decidió ridiculizar
el programa electoral podemita: un país no se vende por
catálogo. El PP ha pisado fuerte esta campaña con varios vídeos: el de los
gatos y el
billar entre los mejores. Y otros como el del hipster
o los
moteros o el
despertador, no han llamado tanto la atención por ser reediciones de los de
la anterior convocatoria. A ellos les responde el PSOE con este ingenioso spot
sobre los momentos
insuperables del verano: imagínatelos sin Rajoy, para mí uno de las mejores
creatividades socialistas de esta campaña.
Pero aquí ha habido zascas de
todos los colores y direcciones: si hemos visto al PSOE contra PP (un clásico)
o a PP contra los votantes de Ciudadanos, merece una mención la respuesta de
los naranjas a la última creación pepera: una quitada de careta en toda regla,
un hablar sin tapujos y sin vergüenza disfrazada del eufemístico “voto
útil”. Esta vuelta de tuerca de la formación azul tuvo pronta respuesta en
la de Rivera que viene a decir así
no, señor Rajoy. O la ridiculización
del PP a la campaña de Podemos y sus sonrisas,
atacando con gestión y resultados la campaña de las emociones que ejecuta la
formación de Iglesias. Por cierto, que para emociones, la que despierta el otro
gran vídeo de Unidos Podemos, el de las
tablas (han sido muy pocas las creatividades audiovisuales de los morados
en esta campaña, pero muy muy buenas todas ellas).
Y ha habido más. Mucho más. En la creatividad de los mensajes que, a pesar de ser repetidos, suenan a nuevos. En la focalización de nuevos públicos -como Albert Rivera, que pasó 24 horas con un famoso youtuber- o en la segmentación de públicos y polarización de mensajes en partidos que hasta ahora no nos tenían acostumbrados a ello (como el PP, con sus anuncios en Internet en provincias susceptibles de perder escaño). Por todo esto, me parece que ha sido una gran campaña en cuanto a creatividad. Un auténtico espectáculo de ingenio desde todos los partidos que han logrado superarse y llamar la atención de sus aburridos votantes. Veremos este domingo qué partido convierte mejor el ingenio en votos. ¡El espectáculo va a comenzar!
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