martes, 30 de agosto de 2011

Porqué dicen no al referéndum

Miedo. A abrir el pastel. Pánico en realidad. No conviene. Sacar a relucir la posibilidad de que se vote en referéndum la reforma de la Constitución pone los pelos de punta a los políticos de los dos grandes partidos. Y no es para menos. ¿Quién será el guapo que consiga que en el debate público no salgan a relucir tantas otras cuestiones que están en la agenda política de los ciudadanos pero no en la de los políticos?

Si tuviéramos que votar la reforma de la Constitución, saldrían a relucir algunas cuestiones pendientes. La experiencia de vida de nuestra democracia nos pide introducir algunos cambios en ella. Por higiene, por salud, por regeneración, para mantenerla viva en buenas condiciones. Y no son otras que las que han venido reclamando en los últimos meses algunas plataformas ciudadanas como Democracia Real Ya o el movimiento #15M.

Estos movimientos ciudadanos (con demasiada mala prensa, lograda gracias a la intervención de ciertos poderes interesados desde los medios de comunicación) reclaman a tweet limpio, a golpe de blog, en plena calle y pancarta en mano, cambios que la gran mayoría considera necesarios. Casi todos apoyaríamos listas abiertas, separación de poderes, limitación de mandatos, cambios en la financiación de los partidos y sindicatos... Casi todos menos unos pocos, los interesados en que nada cambie, que son precisamente los que lo pueden cambiar.

Por eso, porque quieren que nada cambie, no se atreven a dejar al pueblo la responsabilidad de usar su voz. ¿Qué tipo de democracia es ésta? ¿O debería decir qué timo de democracia?

2 comentarios:

  1. La prueba más evidente de que nada quieren cambiar, es lo rápido que se han puesto de acuerdo...tras 30 años sin acordar temas vitales. Buenos días Elena. Me alegro de retomar estas rutinas :)

    ResponderEliminar
  2. Muy buenas, Mario. Gracias por tu comentario, y por el RT! ...Me alegro de volver a encontrarnos por aquí :)

    ResponderEliminar