Las noticias ya nos aparecen en nuestros muros, obtenemos información prácticamente en tiempo real y nos sentimos más acompañados y comunicados con el exterior que nunca: Twitter, Facebook, LinkedIn o Tuenti sirven de vía de escape para desahogar momentos de frustración, para dar rienda suelta al exhibicionismo de los más vanidosos, para entretener ratos muertos de espera en traslados, el médico, la peluquería, el banco o la caja del supermercado. Se acabó para siempre eso de ver la televisión con la compañía exclusiva de quienes están presentes contigo: ahora las películas emitidas en prime time se comentan en directo por Twitter, los partidos de fútbol inundan los timeline de 'mini retransmisiones' personales de nuestros following, y los programas de televisión y radio lanzan sus propios hashtags para recoger la opinión del público en directo e incorporarla al programa. La comunicación fluye a toda velocidad de dispositivo a dispositivo y casi no se puede controlar.
En este entorno, surgen obligatoriamente nuevos modos de gestionar la comunicación. De hecho, han aparecido nuevas profesiones que son fuertemente demandadas por las empresas para dirigir su presencia en Internet, como son las figuras del Community Manager, Social Media Manager, Social Media Strategist, Content Curator o Social Media Analyst entre otros (que, por cierto, suelen acabar en el clásico "chico que lleva Internet"). Hacia ellos están migrando desde hace unos años profesionales provenientes fundamentalmente de los mundos de la publicidad y la comunicación, sobre todo, por la gran relación que estas dos profesiones tienen con la gestión de la presencia en Internet de personas o entidades.
Pero no siempre estamos sabiendo adaptarnos con eficacia a esta realidad. De hecho, muchos Medios de Comunicación asisten atónitos a su propia agonía mientras cambia su modelo de negocio, enormemente dañado por la grave caída de los ingresos publicitarios, la profunda crisis de credibilidad que lleva sufriendo la publicidad tradicional desde unos años, la accesibilidad a todo tipo de contenido de manera gratuita en Internet y la baja calidad de algunos contenidos de medios informativos que, en ocasiones, lo sitúa por debajo de la que pudieran encontrar en cualquier blog de periodismo ciudadano. Así, la escasa formación y nulo reciclaje de los profesionales (unido sin duda a un apurado sistema de redacción, en el que se deja poco o ningún espacio para la investigación y profundización de temas) dejaron fuera de juego absolutamente a todos los medios de comunicación de nuestro país en el #15M durante varios días. Y hoy, muchos creen que con incorporar secciones de "oído en la red" es suficiente. Otros, incorporan tuits y sus propias mentions en la sección de cartas al director. Y pocos participan en la conversación de la red.
Estar en las redes sociales es una de las obligaciones que tienen todos los medios de comunicación y programas de radio y televisión. Participar en Twitter, compartir información y recibir opiniones deben ser la norma habitual. Hay que estar, pero no sólo para spamear con sus contenidos. Ni para bombardear a los usarios y telespectadores creando hashtags diferentes para eventos que retransmiten todas las televisiones, como ocurre por ejemplo con las elecciones, debates electorales o grandes eventos nacionales. Señores de las teles, no se inventen etiquetas imposibles para arrastrar a la audiencia y convertirse en Trendic Topic. No. El objetivo es otro: entren en el hashtag más popular, úsenlo, participen de la conversación, y logren convertir cambios de canal de los tuiteros hacia el suyo por el contenido de su programa, aumentando su audiencia y cumpliendo así con sus anunciantes. Si no lo consigue, al menos le quedará el consuelo de haber usado bien esta red social y no habrá hecho el ridículo tratando de colocar su propio hashtag en en TT -qué obsesión tienen todos, con lo efímero que es un TT...-.
En este escenario, y como leí una vez en el blog Tinkle, aparece la figura de un nuevo profesional, a medio camino entre la comunicación y la publicidad, entre el periodista y el Community Manager: el periodista de marca. O lo que es lo mismo: el Dircom de toda la vida. Pero digitalizado y adaptado a los nuevos medios. Es un puesto en el que la información que emites está a medio camino entre el publirreportaje y la información objetiva; donde sólo triunfarás si te conviertes en un profesional de contar historias y aplicas las técnicas del storytelling para predicar las bondades de tu empresa, donde harás mucho de PR online y será obligatorio que además de redactar domines otras técnicas como la fotografía digital y el vídeo, con capacidad de editar, y te sumes pluses de conocimientos básicos en diseño gráfico y programación (alucinaríais con las ofertas de empleo que se leen por ahí...).
Este nuevo Dircom, adaptado al mundo digital, controla la reputación de su empresa con cuantas herramientas gratuitas conoce entre las que no faltan Google Alerts o Icerocket, por ejemplo. Abre y mantiene, según la estrategia que haya creado para su marca, cuentas en varias de las siguientes redes sociales: Facebook, Twitter, LinkedIn, Pinterest, Google+, YouTube o Instagram, siendo casi obligatoria la presencia en las tres primeras. Redactará notas de prensa que contendrán enlaces ampliando información a diferentes textos corporativos o anteriores eventos, incorporará notas de audio o vídeo cuando sea posible o mandará enlaces a su Dropbox o similar desde el que colgará las presentaciones o los documentos más pesados. Tendrá mucho cuidado a la hora de mandar notas de prensa a los bloggers e influyentes de su temática, ya que si ellos no están de acuerdo en recibirlas pueden considerarla publicidad, correo no deseado y por lo tanto spam. Tendrás en cuenta que los keywors con que etiquetes tu nota de prensa son los nuevos titulares que te permitirán tener una posición privilegiada para el SEO: elígelos bien. Y, por supuesto, comparte y mueve tu nota en las diferentes redes sociales: podrás generar ruido a tu favor y, además, te garantizarás que llega la información tal y como fue ideada para ser digerida directamente por el consumidor final. Y mucho ánimo: esto es sólo el comienzo.
P.D. Estas ideas forman parte del taller de 'Periodismo y Redes Sociales' que fui invitada a impartir en el reciente Villablog que se celebró en Rociana del Condado (Huelva) y en el que se debatió acerca de las diferentes formas de comunicación en la era digital. Muchas gracias a los organizadores por contar conmigo.
No siempre adaptados
Pero no siempre estamos sabiendo adaptarnos con eficacia a esta realidad. De hecho, muchos Medios de Comunicación asisten atónitos a su propia agonía mientras cambia su modelo de negocio, enormemente dañado por la grave caída de los ingresos publicitarios, la profunda crisis de credibilidad que lleva sufriendo la publicidad tradicional desde unos años, la accesibilidad a todo tipo de contenido de manera gratuita en Internet y la baja calidad de algunos contenidos de medios informativos que, en ocasiones, lo sitúa por debajo de la que pudieran encontrar en cualquier blog de periodismo ciudadano. Así, la escasa formación y nulo reciclaje de los profesionales (unido sin duda a un apurado sistema de redacción, en el que se deja poco o ningún espacio para la investigación y profundización de temas) dejaron fuera de juego absolutamente a todos los medios de comunicación de nuestro país en el #15M durante varios días. Y hoy, muchos creen que con incorporar secciones de "oído en la red" es suficiente. Otros, incorporan tuits y sus propias mentions en la sección de cartas al director. Y pocos participan en la conversación de la red.
Estar en las redes sociales es una de las obligaciones que tienen todos los medios de comunicación y programas de radio y televisión. Participar en Twitter, compartir información y recibir opiniones deben ser la norma habitual. Hay que estar, pero no sólo para spamear con sus contenidos. Ni para bombardear a los usarios y telespectadores creando hashtags diferentes para eventos que retransmiten todas las televisiones, como ocurre por ejemplo con las elecciones, debates electorales o grandes eventos nacionales. Señores de las teles, no se inventen etiquetas imposibles para arrastrar a la audiencia y convertirse en Trendic Topic. No. El objetivo es otro: entren en el hashtag más popular, úsenlo, participen de la conversación, y logren convertir cambios de canal de los tuiteros hacia el suyo por el contenido de su programa, aumentando su audiencia y cumpliendo así con sus anunciantes. Si no lo consigue, al menos le quedará el consuelo de haber usado bien esta red social y no habrá hecho el ridículo tratando de colocar su propio hashtag en en TT -qué obsesión tienen todos, con lo efímero que es un TT...-.
El nuevo Dircom
En este escenario, y como leí una vez en el blog Tinkle, aparece la figura de un nuevo profesional, a medio camino entre la comunicación y la publicidad, entre el periodista y el Community Manager: el periodista de marca. O lo que es lo mismo: el Dircom de toda la vida. Pero digitalizado y adaptado a los nuevos medios. Es un puesto en el que la información que emites está a medio camino entre el publirreportaje y la información objetiva; donde sólo triunfarás si te conviertes en un profesional de contar historias y aplicas las técnicas del storytelling para predicar las bondades de tu empresa, donde harás mucho de PR online y será obligatorio que además de redactar domines otras técnicas como la fotografía digital y el vídeo, con capacidad de editar, y te sumes pluses de conocimientos básicos en diseño gráfico y programación (alucinaríais con las ofertas de empleo que se leen por ahí...).
Este nuevo Dircom, adaptado al mundo digital, controla la reputación de su empresa con cuantas herramientas gratuitas conoce entre las que no faltan Google Alerts o Icerocket, por ejemplo. Abre y mantiene, según la estrategia que haya creado para su marca, cuentas en varias de las siguientes redes sociales: Facebook, Twitter, LinkedIn, Pinterest, Google+, YouTube o Instagram, siendo casi obligatoria la presencia en las tres primeras. Redactará notas de prensa que contendrán enlaces ampliando información a diferentes textos corporativos o anteriores eventos, incorporará notas de audio o vídeo cuando sea posible o mandará enlaces a su Dropbox o similar desde el que colgará las presentaciones o los documentos más pesados. Tendrá mucho cuidado a la hora de mandar notas de prensa a los bloggers e influyentes de su temática, ya que si ellos no están de acuerdo en recibirlas pueden considerarla publicidad, correo no deseado y por lo tanto spam. Tendrás en cuenta que los keywors con que etiquetes tu nota de prensa son los nuevos titulares que te permitirán tener una posición privilegiada para el SEO: elígelos bien. Y, por supuesto, comparte y mueve tu nota en las diferentes redes sociales: podrás generar ruido a tu favor y, además, te garantizarás que llega la información tal y como fue ideada para ser digerida directamente por el consumidor final. Y mucho ánimo: esto es sólo el comienzo.
P.D. Estas ideas forman parte del taller de 'Periodismo y Redes Sociales' que fui invitada a impartir en el reciente Villablog que se celebró en Rociana del Condado (Huelva) y en el que se debatió acerca de las diferentes formas de comunicación en la era digital. Muchas gracias a los organizadores por contar conmigo.
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