Es lunes, pero no es un lunes cualquiera. Al menos en lo político. "Rajoy se va a tener que poner a trabajar", ironizaba este domingo José Luis Rodríguez Zapatero en un mítin en Murcia. Era su primera aparición pública tras anunciar que no repetiría más como candidato socialista. "Esto le va a venir muy bien al Partido Popular: que se pongan a trabajar en un proyecto", insistía. Y es que la salida de Zapatero parece cambiar el panorama en tres frentes: las elecciones autonómicas que hay en 49 días, las elecciones generales que hay en 11 meses, y en el mensaje del principal partido de la oposición.
Para empezar la salida de Zapatero beneficia al PSOE, según los analistas. Rafa Laza, consultor político, considera que su salida "es buena para el PSOE pero llega tarde". Sònia Pereda, politóloga, considera que el adiós del presidente debe interpretarse "más como una oportunidad que como una debilidad". A medio camino se queda Xosé Ramón Rodríguez-Polo, profesor de comunicación política: "Renuncia, pero se queda: la presión interna de su propio partido se impuso y él tuvo que renunciar, y a la vez ha decido hacerle caso a Botín y quedarse hasta el final, por lo que su presencia seguirá haciendo mella en su propio partido".
El mensaje del PP
Lo más inmediato en el panorama es un posible cambio en la comunicación del Partido Popular, que ha pasado gran parte de la legislatura centrando sus críticas en el presidente del Gobierno. El cambio se empezó a notar en cuanto Rubalcaba se situó como el hombre con más poder en el Ejecutivo después del propio Zapatero gracias al cambio de Gobierno de finales de 2010. En ese momento el PP intensificó la carga contra el vicepresidente, el candidato que más suena como sucesor, por el supuesto chivatazo a ETA en el Bar Faisán durante la tregua de la legislatura pasada.
El objetivo del PP se situará ahora sobre todo el Partido Socialista, según dejó entrever la vicesecretaria de organización Ana Mato. Sin embargo, en opinión de Laza "al PP no le afecta demasiado el cambio porque Zapatero no repite pero no dimite, por lo que podrá seguir criticando su figura e insistirá en que 'lo que tiene que hacer es irse de una vez' ". "Además, podrá hablar de incertidumbre y de Gobierno en decadencia, que siempre crea inestabilidad", añade. "La situación que se avecina no hace más que aumentar las posibilidades de éxito del PP", según Rodríguez-Polo.
Algo parecido ve Roberto Rodríguez Andrés, investigador de comunicación política: "El PP podrá seguir con su estrategia si quien sale elegido es un miembro del actual Gobierno, como parece. El nuevo candidato tendrá muy difícil separarse de lo que ha sido la acción de Gobierno, como le pasó a Rajoy en 2004". La misma idea tiene Marc López, ex jefe de gabinete de una conselleria catalana, que cree que el PP "seguirá con lo de que la crisis es cosa del PSOE".
Distinto lo ve Pereda: "El mensaje del PP debería evolucionar", considera. "Para maximizar la distancia deberían proponer su propia gestión con un mensaje mucho más positivo que el hecho hasta el momento". Y concluye: "Ir a la contra es fácil, lo difícil es criticar proponiendo sus propias medidas y que éstas sean bien vistas". Elena Barrios, consultura de comunicación, considera que el PP "mantendrá la idea de las elecciones anticipadas y de que un presidente interino no es la mejor opción para el país". El mensaje, prevé, cambiará tras el verano: "El PP tendrá la tarea de que los ciudadanos vean al candidato del PSOE como 'heredero de ZP', 'que son los mismos' y que 'ya sabemos a dónde nos han llevado' para contrarrestar el 'aire fresco' del nuevo candidato frente a un Rajoy que se presenta tras dos derrotas".
Municipales: quedan 49 días
El siguiente paso es saber si la salida de Zapatero conseguirá levantar la 'losa' de la que algunos barones regionales se quejaban. El más claro hasta la fecha ha sido José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, que no disimulaba su satisfacción tras el anuncio del presidente del Gobierno. En su opinión, la caída en intención de voto del PSOE de Zapatero (casi ocho puntos por debajo del PP, según la última medición del CIS) complicaba el panorama electoral. La cuestión está en saber si a menos de dos meses de las elecciones habrá tiempo suficiente como para remontar el vuelo.
Sònia Pereda considera que Zapatero representaba "un lastre para los candidatos socialistas", por lo que "es posible que la noticia les dé un respiro y mejore un escenario político ya de por sí difícil por el contexto económico". No lo cree así Elena Barrios, consultora en comunicación, para quien los candidatos del PSOE "van a tener muy difícil convencer a su electorado de que traen cambios" porque "el daño ya está hecho"; la única salida, en su opinión, es "una estrategia agresiva para movilizar a su electorado desencantado".
Rodríguez-Polo, en la misma línea, ve "dífícil que la tendencia cambie, incluso es probable que se recrudezca ya que el líder del PSOE acaba de asumir su mala gestión". Rodríguez Andrés ve su salida como "un refuerzo para el electorado socialista y un intento de movilizar a quienes tuvieran pensado no volver a votar al PSOE, por lo que es previsible que tenga impacto en los próximos sondeos... lo que habrá que ver es la duración de ese efecto".
Generales: quedan once meses
Lo más lejano, y por tanto lo más incierto, es el efecto que la salida de Zapatero pueda tener en las generales de 2012. Queda un año por delante en el que la crisis y la política antiterrorista van a marcar el paso a un candidato que dispondrá de poco tiempo para intentar remontarle las encuestas a Rajoy. Pereda cree que el PP "utilizará las primarias para intentar debilitar al PSOE" porque las primarias "suelen ser tratadas como una debilidad interna", pero advierte: "Rajoy fue puesto 'a dedo', y desde un punto de vista democrático no es un buen ejemplo".
En la misma idea incide Elena Barrios, para quien las primarias supondrán "un refuerzo, un ejercicio de democracia interna" del que saldrá "un candidato que intentará, sea quien sea, arropar su candidatura con personajes de solvencia en la gestión, sobre todo económica" al tiempo que presentar el legado de las políticas sociales" de Zapatero. Las primarias, segúnCarlos Ruiz Mateos, gerente de Asuntos Públicos en Llorente y Cuenca, "robarán al PP ese protagonismo que vienen acumulando gracias a un mensaje catastofrista muy plano, y a la vez muy eficiente, de petición de elecciones anticipadas y incapacidad del presidente de sacar adelante el país". Ve en las primarias un proceso "que beneficiará claramente al PSOE".
"El panorama político cambia porque, ahora más que nunca, nos vamos a adentrar en un clima claramente preelectoral, con dos partidos pensando ya en las elecciones generales", considera Laza. "La noticia ya no es si Zapatero se presenta o no, sino quién le sucederá y esto, por una parte, le viene bien al PSOE y al propio Zapatero, que tendrá más margen para gobernar e impulsar reformas", concluye. Rodríguez-Polo incide en la idea de desorden, ya que con las primarias "por un lado tendremos a Zapatero tomando decisiones, ya sin la mínima preocupación por la reacción de la gente, y por otro, a algunos ministros disputándose el favor de su militancia".
No opina igual Rodríguez Andrés, para quien el debate sucesorio "ha sido muy seguido por la clase política y porlos medios, pero a nivel de calle tiene menos impacto", por lo que es "previsible que no altere en gran medida los sondeos de intención de voto a medio y largo plazo". Según comenta, la clave será el de disputa interna: "Se ha comprobado que aquellos partidos en los que las primarias han sido más duras entre los aspirantes, han acabado teniendo peores resultados".
"Un año es más que suficiente" para posicionar a un candidato, "sobre todo cuando son ya muy conocidos", apunta Carlos Ruiz Mateos. Otra cosa es remontar las encuestas, que se antoja "un reto realmente complicado". Y lanza un pronóstico: "Rubalcaba no entrará en 'batalla' electoral contra ningún candidato y sólo dará el paso adelante de presentar su candidatura si ve el camino despejado". La clave, añade Marc López Plana, estará en "si la economía repunta y el PSOE realiza un proceso de primarias ordenado y serio; también habrá que tener muy en cuenta la evolución de ETA hacia su disolución. Según evolucionen esas tres claves el PSOE podría recuperar confianza popular".
En cualquier caso, no será antes de verano cuando se conozca quién intentará evitar la victoria del PP, pero dos nombres destacan entre el resto: el de Rubalcaba, el político mejor valorado por los españoles con un 5,32 de media, y el de Chacón, la segunda mejor valorada con un 4,49, según el barómetro que el CIS publicó en enero. Rajoy parecía tenerlo hecho pese a su 3,25 de valoración media contra el ligeramente superior 3,30 de Zapatero, pero... ¿podrá igualmente contra un candidato con mejor valoración?
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