Hemos conocido que Zapatero, como Obama, se ha sometido a las preguntas de los internautas en YouTube.
He de reconocer que las primeras imágenes que vi de la entrevista en televisión no me sedujeron en absoluto, pero al verla con detenimiento he descubierto parte de su riqueza. Organizada por YouTube Worldview, cuenta con una selección (a través de votación en Internet) de las 4.400 preguntas que mandaron internautas por ciudadanos de 63 países.
Como era de esperar, todas las preguntas están realizadas desde España. Y como era de previsible, José Luis Rodríguez Zapatero ha vuelto a sacar a flote la enorme batería de estrategias de comunicación efectiva que tan bien domina y que sin duda le han permitido ganar por dos veces consecutivas las elecciones generales. Hemos visto al Zapatero de siempre desenvolverse con soltura ante las cámaras y ante las preguntas de unos ciudadanos que a lo sumo veía a través de una pantalla. Capotazo por aquí, media vuelta por allá, me justifico si lo necesito, derrocho apariencia de talante y termino argumento mis acciones como fruto de una sabia decisión tomada en beneficio del país. Y como colofón, una evocación a Nelson Mandela y una buena utilización de la técnica del storytelling, narrando su vivencia de la crisis financiera europea.
Sin embargo, el gran éxito de la entrevista no está en la respuestas. La riqueza está en las preguntas. En ver al presidente del Gobierno tener que responder muchas de las cuestiones que son el día a día de los debates en las redes sociales, pero que difícilmente plantean los periodistas a los políticos porque la actualidad manda.
Y la primera, en la frente: porqué España no preguntó como Islandia en referéndum a los ciudadanos si se pagaba la deuda financiera antes de atrasar la edad de jubilación. Y no fue la única alusión al caso islandés. La injusticia de la representatividad que otorga la Ley Electoral con el reparto D'Hont, su opinión sobre wikileaks o sobre la sorprendente frase que pronunció tras ganar sus primeras elecciones: "cualquiera puede ser presidente del Gobierno".
La verdad es que a estas alturas de su mandato, cuando ya ha anunciado que no se presentará a la reelección, ver al presidente sometiéndose a las cuestiones de quienes podría considerar unos frikies, es cuanto menos interesante. Sobre todo porque ha podido conocer de primera mano cuáles son las preocupaciones de una gran comunidad que vive a diario en Internet, que se relaciona a través de las redes sociales, que participa de los foros y que es capaz de mandar su pregunta grabada por webcam y obtener mejor votación que las demás para ser emitida. Y mucho más ahora, que es cuando debe estar sometido más que nunca al Síndrome de la Moncloa, enfrascado en su encerramiento de poder, convencido de su razón y en ocasiones incluso sin atender las sugerencias de muy cercanos colaboradores. No sé como le han convenido para hacerlo. (O sí, le habrán dicho que el formato lo estrenó Obama el pasado mes de enero?)
Dicen que el gran problema de la política en nuestro país es lo alejados que están políticos y ciudadanos. Pues para muestra, unas cifras. Con similar fecha de publicación en la red, la entrevista de Zapatero tuvo 8.000 vistas frente a las 124.000 que registró el vídeo de las declaraciones de Pep Guardiola sobre Mourinho en la previa al Madrid-Barça de la Champions. Ahí tienes el efecto en YouTube del Síndrome de la Moncloa.
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